«¿Eres gay o bi?», la respuesta esperada suele ser que es bisexual porque si le gustan hombres y mujeres es “más hombre” o peor aún, quieren que se defina por un sexo porque no debe ser de los dos. El hecho que tú seas gay no significa que todos los demás tienen que serlo.
«Los heterosexuales son como los tazos, si los volteas son tuyos». Si un “hetero” tiene sexo contigo eso no lo vuelve bisexual ni mucho menos gay. La orientación sexual va más allá de sus prácticas sexuales. Un “heteroflexible” podría tener sexo con un gay, sin embargo no se imagina en una relación con él.
¿De verdad existen los afeminados? Comparemos un hombre afeminado con una mujer, ambos actúan muy diferente, la mujer no se quiebra tanto y no es tan dramática, ahora una mujer varonil: «¿Qué onda, compi?», los ademanes también son muy exagerados. Podemos encontrarnos con hombres muy “amanerados” o mujeres muy “machetonas” y no por ellos son gays, porque la personalidad tampoco tiene relación con la orientación sexual.
Los estereotipos de los gays no están tan equivocados, tampoco son una ley. Si tú prefieres juntarte con hombres de actitud muy varonil, ¡adelante!, si entre tus amigos te hablas de “jota” también está muy bien, sólo no intentes que todos sean como tú porque en la diversidad sexual hay una gran variedad de gustos.
Únicamente resaltaremos que si quieres relacionarte con “puro varonil” para sentirte “más hombre”, no es tu sexualidad la que tiene problemas, sino tu identidad.
Si queremos que nuestra sexualidad sea respetada es necesario respetar las demás.
Cambiando un poco el dicho: dime qué buscas y te diré qué eres.
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Muy bueno, bastante interesante lo que dice
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